09 de mayo de 2019 | @BMComovamos
Por Yany León Castañeda
En el ámbito local, existe un caso paradigmático de un político elegido en el Concejo de Bucaramanga que no es precisamente quien más trabaja para merecer la dignidad de representar a quienes lo eligieron. Me refiero al concejal Jhon Marcell Pinzón. En las tres mediciones de Concejo Cómo Vamos, ha sido el que peor desempeño ha tenido en cuanto a tiempo de permanencia en las sesiones, por sólo mencionar un aspecto básico de su función. En la primera medición (marzo y abril año 2017), el concejal solo permaneció el 16% del tiempo, en la segunda medición (junio – julio y octubre – noviembre), el concejal solo permaneció un 22% del tiempo sesionado y en el primer semestre del año 2018 alcanzó a permanecer un 30%.
Entre octubre y noviembre del año pasado pidió un permiso para ausentarse durante todo el mes de noviembre. Si bien por estas sesiones no devengó dinero, no se entiende la razón de ser de los ocho millones de pesos que tuvo que desembolsar el Concejo para su unidad de apoyo.
Este año va peor. De 49 sesiones, el concejal no asistió a 11, es decir por estas sesiones no cobró, pero de las 38 sesiones por las cuales sí cobró $497.700 por cada una, en más 20 sesiones permaneció menos del 15% del tiempo, es decir fue a firmar y se salió.
Publicado en ADN Bucaramanga