Agosto 3 de 2017
Ya desde el año 2003 la CDMB había anunciado que en el año 2005 se debía realizar el cierre definitivo del relleno sanitario “El Carrasco”. Doce años después de ese anuncio y no hemos encontrado una solución al problema, porque la atención de las autoridades se ha concentrado, sin mayor éxito, en la disposición final y no en las etapas previas como son la generación de los residuos por habitante y su correcta separación en los hogares.
Los resultados en estas dos materias han sido pobres. Con excepción de Piedecuesta, los demás municipios del AMB llevan al Carrasco más de 219 kg de residuos sólidos por habitante por año.
En cuanto a la separación de residuos en los hogares, su obligatoriedad fue establecida en Bucaramanga mediante el acuerdo 053 del año 2000. Sí, ¡Año 2000!. En materia de políticas públicas, poco aprendemos del pasado. En el año 2013 se volvió a implementar como algo “novedoso” esta obligatoriedad a nivel metropolitano, con pérdidas económicas para los recicladores formales y retrocesos en materia de concientización ambiental: los sectores que antes se cubrían mediante la ruta del reciclaje establecida en el acuerdo 053, veían cómo el camión compactador mezclaba el material que ellos separaban correctamente, con residuos orgánicos, contaminándolo. Además, frente a la escasa probabilidad de ser sancionado por incumplir la norma, no se estimula la responsabilidad ciudadana.
Publicado en ADN Bucaramanga